Editorial

No sólo la cosa política sigue “moviendo-se”, sino que también ha seguido “haciendo-lo” el planeta y ahora parece que entre los candidatos a la presidencia también se ha puesto de moda la tembladera.

Entre alianzas, entrevistas y encuestas parece que la campaña por la presidencia de esta nación, donde la libertad y el orden solamente están en el escudo, ahora si ha comenzado en serio. Los candidatos e incluso el jesucristo de la casa de Nariño han comenzado a moverse para su campaña en todo el país: desde Maloka en donde los candidatos usaron sus técnicas con los niños para que eligieran, hasta la Universidad Santiago de Cali donde terminada la semana santa ya no quisieron saber nada de Santos.

Si el tiempo tiene su candidato porqué el de-mente no tenerlo. Si piensan que el loco es Mockus en últimas le sigue la cuerda a Uribe, pues ahora entre todos han hecho de la palabra democrática una meretriz, buscándole la compañía de su gusto: “seguridad”, “prosperidad”, “legalidad”. Sin embargo, a ninguno de los candidatos gusta de compañías más agradables como educación, salud y vivienda (así Noemí a menudo lo nombre). Aunque a los veintidós millones de colombianos que están en medio de la pobreza dichas conjugaciones les rimaran mejor. Porque de tener que estudiar es mejor aprender la ley de los signos sin los falsos positivos, porque de seguir así la  salud terminará en manos de paras-paramédicos y las vivienDAS chuzaDAS.

Pero no se preocupen amigos lectores, El DeMente no tendra candidato a la presidencia, nosotros por nuestra parte seguiremos mirando las estrellas