Sobre el páramo de Santurbán y otras conspiraciones intergalácticas


“Hay que proteger la inversión extranjera”
Álvaro Uribe

“La Greystar ANGOSTURÁ el Páramo” por qué no titularían los amarillezcos diarios frente a demoledora noticia. “Lo mataron al aire libre”, continuarían diciendo junto a la fotografía del occiso. “Una estrella negra (Blackstar) en los montes Santandereanos”, daría como testimonio la dirección de tránsito.

Pero, ¿hacia dónde apunta tan importante noticia? ¿Cómo es posible que los principales informativos no hayan dado cuenta e hilado como resultado una historia que oscila entre Julio Verne y la Guerra de las galaxias?

Pensemos por un momento en que el universo es infinitamente grande, y mediante la extrapolación de la selección natural Darwinista a terrenos espaciales, una raza alienígena es comandada por Darth Vader (dar Veider). Y ahora veamos cómo se relaciona con el páramo desde el punto de vista de Verne. 

Quién iba a pensar que mientras unos iban de la tierra a la luna, otros (los vecinos) emprenderían una campaña a cielo abierto para conquistar el centro de la tierra.

Desde que el hombre supuestamente logró pisar la luna en 1969 hasta la fecha, (sin tenerse nuevas noticias de asombrosos alunizajes, solo unas cuantas de viajeros especializados en negocios intergalácticos, y una que otra sobre desechos espaciales), el planeta ha sido calentado indiscriminadamente debido al petróleo derrochado, gases invernadero, burocracia en cumbres climáticas, industrias, bolsas plásticas y sobre todo, por el consumismo que literalmente nos embarga. Calentamiento que derrite polos, aumenta la temperatura de la tierra, genera inundaciones y demás desastres que Discoveri Chanel se encargará de mostrar.

Por mi parte, me ocuparé del páramo de Santurbán: una insignificante reserva natural (junto a las millones de hectáreas deforestadas para nuestras comodidades, llenas de cemento, papeles publicitarios, basura tecnológica, minería a cielo abierto, entre otras), no puede ser ajena a las necesidades del hombre y su constante evolución.

Consideremos a los canadienses, ¡No es justo! No nos metamos con ellos, no le hacen mal a nadie. Protestemos por los desastres de la BiPi (British Petroleum), pero pelear por un poquito de cianuro dentro de la reserva hídrica más grande del oriente colombiano, si hasta debe ser bueno para los parásitos (sin ánimo de ofender). Celebremos porque mañana tendremos oro, alhajas, joyas, desarrollo orfebre para la capital santandereana, bueno, y una que otra limosnera regalía.

Y que se nos acabe el agua, que después miramos de dónde la sacamos, o mejor todavía, cuando necesitemos importarla, ya tendremos quien nos la venda, la humanidad no se va a morir de sed. Temerarios yanquis surcarán el espacio abordo de sus caballos espaciales trayendo en sus alforjas alforjadas de agua, y veremos descender del espacio el apocalipsis vaticanizado. (Eso sí: que nadie diga que “la luna es de todos”, por algo sería lo de la banderita).

Preferiría agua “NASA” (de la luna) que “GreyWater” (de la Greystar), no soportaría saber que el páramo de antaño hubiese desaparecido, pagaría con mis joyas dicha agua.
JuanCHITO

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