¿Ahora quién podrá defenderlo?



Tremendo abogado que resultó ser Lombana, era de esperarse, no cualquiera defiende al mayor criminal que tal vez, haya existido en Colombia. Pericia, habilidad y sagacidad en el uso de arcadismos leguleyos fundamentaron su victoria, mientras medio país esperaba atentamente a que las “víctimas” participaran en un publicitado interrogatorio. El turbante de Piedad Córdoba se quedó con sus interrogantes.

En resumen, la fraudiencia pública no dejo de ser más que una dilación taxativa (aunque aun no sé realmente cómo se escribe, Lombana dejó bien clara su pronunciación). Uribe se volcó sobre la controversia. Con su verborrea de siempre, auto acusándose de asesino, trató que se respetaran sus derechos. Atacó, se defendió, y en últimas (como siempre) nunca dijo nada. Bueno sí, que en su gobierno esto, que en su mandato aquello. Que el siempre fue defensor de los opositores y que para demostrarlo, les había enviado a sus autodefensas a quién alguna vez se hubiese sentido vulnerable. Que el partido de la U, basado en no se que ideologías, fundamentado en quien sabe que teorías sociales, y ahora sostenido por la abundante nariz de su presidente, se ha caracterizado por su transparencia, pues para todo el país desde siempre ha sido clara su abundante corrupción.

La incuoruminable comisión de acusación, comandada por un negrito, que por cierto le dan mucho bombo los medios, resaltándolo por su mano fuerte (aspecto que realmente deja mucho que desear), en últimas se limitó a llamar a la calma, que no acataron las barras paras. Aplausos, chiflidos, más aplausos, sonrisas, cerraron el acalorado debate.

Cuentan que el futuro de Lombana es incierto, algunos especulan que ya se ha ganado una parcelita en el Ubérrimo, otros, que limpiará el presente judicial de los Moreno y sus secuaces. Lo cierto es que en Colombia hay tantos criminales como curules, y entre tanto empantanado y con tan pocos abogados dilativos, ¿quién podrá defendernos?

JuanCHITO

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